Cada vez resulta más notorio el interés de grandes empresas por baterías para carro ecológicas. No se trata únicamente de una responsabilidad para con el medio natural, sino que también es evidente el nivel de exigencia de los usuarios al que las diversas marcas deben responder. Ya no solo se busca el carro más rápido o ligero, sino también uno que produzca el menor impacto en la naturaleza.

A raíz de esto se están estudiando en algunos países de Europa, como Suecia, alternativas que sean lo más “verdes” posibles. A esto se suman los interrogantes habituales sobre las baterías de coches eléctricos en comparación con las de plomo-ácido.

Aunque aún no existen baterías 100% ecológicas, podemos asegurar que el interés por crearlas es cada vez mayor. Así pues, para que conozcas más sobre las baterías ecológicas y los actuales avances en el tema te invitamos a seguir leyendo.

Baterías para carro ecológicas: cada vez más cerca

Una pregunta frecuente es qué batería es mejor cuando hablamos en términos ecológicos. Es decir, cuál acumulador tiene menor impacto en el medio ambiente o mayor posibilidad de ser reutilizado. Si bien en la actualidad no hay baterías que sean totalmente ecológicas, lo cierto es que la idea de reciclar batería de auto ha crecido enormemente. Así, aunque el impacto no llega a ser nulo, sí es posible pensar en diferentes alternativas para generar la menor cantidad posible de desechos y volver a utilizar los recursos de baterías viejas para crear nuevas.

Los coches que funcionan con gasolina utilizan baterías compuestas por diversos materiales, entre ellos plomo. El mayor inconveniente con este compuesto es su peligrosidad para los seres vivos de entrar en contacto con él. Por ello es fundamental tratarlo como corresponde antes de desecharlo o reutilizarlo para fabricar nuevas auto partes. El litio, por su parte, cuando se usa en forma de iones para baterías también puede tener un impacto si no se le da el tratamiento adecuado. Sin embargo, existe un consenso bastante amplio de que el impacto de las baterías ion litio es menor que el de las plomo-ácido. Esto se debe a que las baterías de coches eléctricos no suelen incluir metales pesados o materiales tóxicos.

En Suecia se estudian actualmente otras alternativas para crear baterías mucho más ecológicas o sustentables. Entre los componentes clave de estas baterías “verdes” destacan las algas, el oxígeno y los virus. Aunque aún no existen productos concretos, resulta muy interesante conocer la apuesta de diferentes países por desarrollar baterías ecológicas.

Programas de reciclaje para batería        

Hasta el momento en que podamos contar con baterías más ecológicas en todos los países, resulta fundamental trabajar en el reciclaje. Gracias a este proceso es posible volver a utilizar componentes clave de los acumuladores para así disminuir la necesidad de crear nuevos para nuevas baterías. Además, estaremos liberando al medio muchos menos residuos que, de no ser tratados, resultan muy peligrosos.

Actualmente muchas marcas o centros mecánicos cuentan con programas de reciclaje para reciclar batería de auto de manera correcta y responsable. Lo más importante para que esto funcione es asumir nuestra responsabilidad en el proceso llevando las baterías viejas o usadas a centros adecuados para su tratamiento. A esto se añaden otros aspectos fundamentales como el correcto traslado de las mismas y el uso de material de seguridad para manipular el acumulador.

Una vez que las baterías se encuentran en manos expertas empezará el proceso de reciclaje. Este consta, básicamente, de tres pasos. En primer lugar, se rompe el material plástico para separarlo del plomo y los electrolitos. Este es utilizado, una vez procesado, para crear nuevas carcasas y partes de baterías. En segundo lugar, se procede a fundir el plomo. Finalmente, se trabaja con el ácido para neutralizarlo. Actualmente se trabaja con los ácidos ya sea para convertirlos en agua o para crear sulfato de sodio, este último se emplea por ejemplo para fabricar vidrio o detergentes.

Las baterías ecológicas están, sin duda, más cerca de lo que pensamos. Lo más importante hasta que lleguen a ser de uso común es seguir fomentando los programas de reciclaje para crear consciencia sobre la importancia de darles a los acumuladores el tratamiento más adecuado.

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